Tuvimos poco tiempo para planificar el reportaje que haríamos del Parto natural de Mirian y Ángel. Sin embargo, fue algo que todos deseábamos hacer. Y así fue que lo sacamos adelante.
Ha sido sin lugar a dudas una de las experiencias más enriquecedoras que he podido vivir en estos últimos años como fotógrafa. Sobre todo, por la enseñanza que me llevo. Ver a este equipazo traer al mundo a Santiago me ha hecho sentir de cerca lo importante que es la complicidad y la unión a la hora de decidir construir un hogar. Definitivamente Mirian no hubiera podido cursar este momento sin el apoyo y los mimos de Ángel. Traer un hijo al mundo duele mucho pero ojo es un sacrificio que nos permite llevar el corazón a su máximo nivel. Y qué mejor, que hacer esto de la mano de tu compañero. Nos hemos emocionado hasta las lágrimas cuando a las 12:58, Santiago asomaba la cabecita. Ángel que veía todo en primerísimo primer plano y que además no solo lo veía si no que acompañaba a Mirian en cada pujada, repetía continuamente, “una sola vez más cariño, Santiago ya está aquí». La llegada de Santiago fue una victoria, según la doctora de cabecera había sido un parto difícil, y por supuesto Mirian se había dejado todo el coraje y la valentía en esa sala de partos. Ella apenada atinó a decir “he sentido que me rompía por dentro”. Estoy segura que Ángel les sintió en todo momento. Lo que si nadie podrá negar nunca, es aquella magia que se sintió en el ambiente cuando todos escuchamos a Santiago llorar por primera vez. Es ahí cuando nos damos cuenta de lo mucho que ha merecido la pena todo. A las 12:58 hrs. El 09 de diciembre del 2019. Santiago nació con 4.140 Kg, midiendo 52 cm. Gracias a Dios todo salió como esperábamos.
Dejo aquí algunas de las imágenes que logramos hacer en este momento tan crucial pero muy auténtico. Un millón de gracias a Mirian y Ángel por compartir su historia conmigo y por la infinita confianza que tuvieron en mi para permitirme estar presente en un momento como este.
Concentración máxima
Santiago asomándose a la vida
Retratando un milagro
La emoción de este momento no se puede calcular